Nunca han dado duros a cuatro pesetas, con el euro, aplicando la misma proporción sería: nadie da euros a 80 céntimos. La economía de precios, en cualquier servicio o producto, siempre esconde algo poco evidente y menos cuantificable, LA CALIDAD.
Pero ¿cómo se entiende la calidad en aviación?. Hasta no hace demasiado tiempo esta calidad empezaba por una sola premisa: LA SEGURIDAD. A partir de ahí todo se dirigía en un solo sentido, formación, condiciones de descanso, servicio, atención y comodidad, y un largo etcétera en el que cada cual incidía dependiendo del gusto o del conocimiento. Es famosísimo el zumo de naranja de Iberia, del que todo el mundo se quejaba, y que muchos ahora añoran para pasar otros malos tragos sin que te inviten ni a un sorbito de agua.
No hay nada como echar la vista atrás para tener perspectiva de lo que ha pasado y “aventurar” lo que está todavía por venir. Hoy os ofrezco un excelente análisis que realiza David Ramos Pérez, Departamento de Geografía, Universidad de Salamanca. Lo publica en el número 67 de la revista El Ecologista, de ecologistas en acción, y no tiene “desperdicio”. (altamente recomendable leerlo).
Y puesto que habla particularmente de dos empresas, aparentemente distintas, a saber Air Nostrum y Ryanair, de momento os dejo con un reportaje periodístico de los que abren el apetito de informarse adecuadamente… ¡Felices vuelos!.